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ALLÁ DE LOS OJOS
Me llamo Paty, pocos lo
saben, pero mi nombre me gusta mucho. Soy de estatura media, delgada, de piel
morena, ojos pequeños y de color café, mis labios son gruesos y mi boca
pequeña, mi nariz es redonda pero pequeña, mi pelo es lacio y un poco largo, es
muy necio y siempre se esponja, es castaño obscuro.
Muchos dicen que me
parezco a mi papá; tal vez no sea una niña bonita, pero yo estoy conforme con
lo que soy y lo que tengo.
Soy de esas personas
que suelen estar rodeadas de mucha gente pero que sabe cuándo realmente son sus
amigos o solo la buscan por conveniencia. También soy muy desconfiada, pues a
lo largo de experiencias y a pesar de mi corta edad, he aprendido muchas cosas.
Acostumbro a tratar como me tratan, soy buena persona, pero solo con la gente
que se lo merece, principalmente lo soy con las personas más desprotegidas.
También soy muy sincera, humilde, risueña, sociable, muy habladora y me han
dicho, que noble.
Como toda persona tengo
virtudes y defectos, en mi caso mi principal defecto creo que es mi carácter.
Soy déspota, a veces cortante, orgullosa, rencorosa y vengativa. La mayoría de veces no pienso lo que hago o
digo y actúo por instinto, pero después es cuando me arrepiento y vienen las
consecuencias. Me cuesta mucho trabajo aceptar mis errores y ofrecer disculpas,
pues el orgullo se me desborda por todos lados, pero sé que eso está mal y
estoy tratando de corregirlo, para bienestar mío y de las demás personas.
Casi siempre soy la
consejera de mis amigos, pero yo no cuento mis problemas, los guardo en la
garganta, en mi mente, en lo más escondido de mi sonrisa, pues ella es la que
me ayuda a disimular mi estado de ánimo; sé que esto está mal y que necesito
abrir mi mente y corazón, no ocultar lo que siento, pero me cuesta mucho
trabajo, aunque sé que algún día lo lograré.
Como todos, tengo
sueños y aspiraciones, y tengo que ser perseverante para conseguirlo. También
sé que si quiero, puedo lograr lo que me proponga, pues nada es imposible si se
hace con esmero.