NO SE ME HABÍA OCURRIDO
Hoy no sé
cómo empezar, la facilidad como el autor trata el tema de la religión y de la
homosexualidad, me sorprendió, su forma de manejar la fe;
me dejó pensando que cómo los seres humanos tenemos la necesidad de
creer en algo, ya sea la religión, la muerte, qué sé yo. Sin duda la
religiosidad nos da pauta para entender que la vida y la muerte son algo que
ahora tenemos pero mañana quién sabe, se me hace que el autor trata de
mostrarnos con sus personajes el pesimismo de la vida. Me queda la duda si el
autor ve a los niños sicarios como ángeles o no sé, ya que al recordar que su
objetivo era proteger matando a quien sea sin conocerlo, sólo por el hecho de,
aparentemente, defender, ya que la frialdad con la que asesinan sin que esto
los lleve a nada más que a su misma muerte.
El autor
trata la fe católica como puras mentiras y nos hace creer en mitos, esa parte
no me gustó mucho porque entonces qué pasa con lo que me han inculcado mis
padres ¿Serán sólo mentiras? Mi fe será poca, talvez no lo he entendido, es
difícil que por una parte oremos por la
paz y entender que hay personas que piden para poder matar a otro, sí que es un
tema muy difícil.
Pero y ahora
que me adentro en pensar el tema de los homosexuales, que es el otro eje de la
historia, también me encuentro en una disyuntiva: ¿Qué papel juega la sociedad?
Por una parte son personas que tienen que adaptarse a esta sociedad que no
termina de aceptarlos ni ellos por incorporarse ni aceptarse a sí mismos, como
sociedad somos crueles no pensamos si herimos sentimientos, sólo vemos la parte
exterior de estas personas y no me gusta ser parte de esta sociedad excluyente,
sin miramientos, pero también me pregunto ¿Qué puedo hacer?
Lo que me
preocupa un poco es que si no tenemos valores, no vamos a cambiar la historia
seguiremos en la falsa fe y en la ignorancia y la discriminación.
En realidad
me gustó la historia pero creo que me hace falta madurez para entender el tema
ya que no entiendo la homosexualidad, la religión creía que estaba bien, bueno,
no tanto, siempre como que me la impusieron y la muerte pues, eso sí, que no se
me había ocurrido.
SAIR GÓMEZ NAVARRO
6B