EL DINERO ENTERRADO
En la
época de la revolución, los dueños de las haciendas ocultaban dinero, en hoyos
cavados en el suelo, pero no lo enterraban cerca de la hacienda sino que iban a
lugares que se encontraban alejados de ellas, para que así no lo buscaran y les
costara trabajo saber el lugar donde era ocultado.
La
historia, según mi bisabuelo, es que había un lugar en el pueblo en el que se
encontraba dinero oculto, el aseguraba que conocía al dueño de la hacienda
porque una vez trabajo con él.
Una
noche, el dueño salió de la hacienda, dice mi bisabuelo que lo vio muy de
mañana en su caballo con un pequeño costal que cargaba en la mano y que se dirigía
rumbo a una barranca.
Pasado
un tiempo, al hijo del dueño lo mataron, en ese entonces mi abuelo ya no
trabajaba en la hacienda pero vio al niño crecer por lo que lo conocía así que
fue al velorio del joven. Después, el señor a cargo de la hacienda murió sin
herederos; ni a sus trabajadores, que ya eran pocos, no les dejó ni dio nada.
Con el
paso del tiempo, mi bisabuelo, se casó y tuvieron hijos que crecieron, se
casaron y también tuvieron hijos. Una de ellos compró un terreno en el que
construyó su casa junto a su esposo y tuvieron una familia, lo extraño es que
dice mi tía que todas las noches escucha el trote y el relincho de un caballo
que pasa por la calle, luego se escuchan los pasos de un hombre que
aparentemente rasca en el patio, pero al salir, no hay nadie.
Mi mamá
también dijo que de pequeña le contó un tío de ella, que en un terreno casi a las
orillas del pueblo había dinero enterrado pero nadie le hacía caso por lo que
nunca rascaron para desmentirse.
Y se
cree que ese dueño de la hacienda al que conoció mi bisabuelo dejó su dinero
justo en donde se convertiría en la casa de mi tía, pero que no pueden sacar
porque al morir el dueño y no hablar con nadie acerca del dinero, quedó como un
alma en pena y pide a cambio la vida de un familiar de mi tía para que así les
diga en donde está el dinero y lo puedan sacar. Hasta ahora mi tía no ha aceptado
porque dice que prefiere a veces no tener dinero que entregar a alguien.
Hasta
ahora los únicos que saben del dinero en el pueblo son dos familias los
“Herrera” que son familia del esposo de mi tía y los “Hernández” por parte de
mi tía, hermana de mi mamá.
Alonso Ortiz Hernández
1A
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