miércoles, 11 de marzo de 2015

EL DINERO ENTERRADO

En la época de la revolución, los dueños de las haciendas ocultaban dinero, en hoyos cavados en el suelo, pero no lo enterraban cerca de la hacienda sino que iban a lugares que se encontraban alejados de ellas, para que así no lo buscaran y les costara trabajo saber el lugar donde era ocultado.
La historia, según mi bisabuelo, es que había un lugar en el pueblo en el que se encontraba dinero oculto, el aseguraba que conocía al dueño de la hacienda porque una vez trabajo con él.
Una noche, el dueño salió de la hacienda, dice mi bisabuelo que lo vio muy de mañana en su caballo con un pequeño costal que cargaba en la mano y que se dirigía rumbo a una barranca.
Pasado un tiempo, al hijo del dueño lo mataron, en ese entonces mi abuelo ya no trabajaba en la hacienda pero vio al niño crecer por lo que lo conocía así que fue al velorio del joven. Después, el señor a cargo de la hacienda murió sin herederos; ni a sus trabajadores, que ya eran pocos, no les dejó ni dio nada.
Con el paso del tiempo, mi bisabuelo, se casó y tuvieron hijos que crecieron, se casaron y también tuvieron hijos. Una de ellos compró un terreno en el que construyó su casa junto a su esposo y tuvieron una familia, lo extraño es que dice mi tía que todas las noches escucha el trote y el relincho de un caballo que pasa por la calle, luego se escuchan los pasos de un hombre que aparentemente rasca en el patio, pero al salir, no hay nadie.
Mi mamá también dijo que de pequeña le contó un tío de ella, que en un terreno casi a las orillas del pueblo había dinero enterrado pero nadie le hacía caso por lo que nunca rascaron para desmentirse.
Y se cree que ese dueño de la hacienda al que conoció mi bisabuelo dejó su dinero justo en donde se convertiría en la casa de mi tía, pero que no pueden sacar porque al morir el dueño y no hablar con nadie acerca del dinero, quedó como un alma en pena y pide a cambio la vida de un familiar de mi tía para que así les diga en donde está el dinero y lo puedan sacar. Hasta ahora mi tía no ha aceptado porque dice que prefiere a veces no tener dinero que entregar a alguien.
Hasta ahora los únicos que saben del dinero en el pueblo son dos familias los “Herrera” que son familia del esposo de mi tía y los “Hernández” por parte de mi tía, hermana de mi mamá.      

Alonso Ortiz Hernández

1A




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