CUIDANDO SU
PERTENENCIA
Todas
las noches en la cocina de mi abuelito se aparecía una pequeña flama en el
suelo, él trataba de apagarla pero no se podía. Un vecino le dijo que rascara
porque había algo enterrado.
Un
día, mi abuelito empezó a rascar y se dio la sorpresa de ver una sombra frente
a él, le entró miedo y volvió a tapar el hoyo y la sombra siguió su camino.
Hasta
la fecha sigue viendo la sombra y la luz en su cocina, los vecinos le cuentan
que a lo mejor la sombra cuida lo que hay bajo esa luz. Mi abuelito dice que él
ya se acostumbró a ver la luz y la sombra caminar toda la casa.
Un día me quedé a dormir con él y tuve la sorpresa de ver la sombra pasar y ver la luz en su cocina y hasta estos días se sigue viendo la luz y la sombra.
Adán Alfonso Ramos Flores
2B
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