CONEJO
María Fernanda García Mendizábal
Una vez me acuerdo que cuando era pequeña,
mis papás me habían comprado un conejo, en ese tiempo salió el comercial de duracell, yo había sacado a mi conejo a
según yo, jugar, lo subí a la canasta de mi bicicleta, se cayó y murió.
Eso no fue todo, lo peor es que estaba muerto,
yo lo seguía trayendo de aquí para allá, como si siguiera vivo.
Yo no me había dado cuenta que estaba muerto
y así lo traje por dos días. Mi mamá siempre quiso quitarme el conejo aunque yo
no la dejaba porque no había explicación para mí.
Y mi
mamá me decía que el conejo estaba muy apestoso y yo lo bañaba, llegó el día
que mi mamá agarró al conejo, lo puso en el piso y me dijo que viera que no se
movía y yo le decía que era porque ya no tenía pilas.
Cuando me di cuenta de que estaba muerto, lo agarré
y lo metí en una caja y lo enterré.
No hay comentarios:
Publicar un comentario